Beato de Liébana

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    Monje hispano-godo, que se enfrentó con sus escritos al error adopcionista patrocinado por el arzobispo Elipando de Toledo. Tal vez, atenúe el error del toledano la pretensión de tender una mano al Islam, que se había adueñado de casi toda la península, y que encontraría menor dificultad en un Cristo meramente hombre adoptado por hijo de Dios, que en un Cristo verdadero Dios. 

    Sin embargo, S. Beato de Liébana estaba convencido de que no se puede entender lo escrito sobre Cristo si primero no se cree en Él. Y añadía que es preferible creer, aunque no se comprenda, a ilustrar con palabras mentirosas lo que tenemos que creer. 

    Amante del saber, había pasado su juventud estudiando las Sagradas Escrituras y los Santos Padres, de manera especial a S. Isidoro y a S. Agustín, en el silencio del monasterio de San Martín de Liébana, al pie de los Picos de Europa, en la actual Cantabria. 

    Beato se había adentrado con humildad en el estudio del libro más enigmático del Nuevo Testamento, el Apocalipsis, sobre el que escribió un comentario dedicado a Eterio, obispo de Osma. Este comentario resultó la delicia de los letrados españoles delos siglos medios, y hoy se ha convertido en un tesoro de archivos y bibliotecas, porque los copistas y miniaturistas lo transcribieron con amor y lo ilustraron con primorosas y a veces espeluznantes pinturas. Nada menos que 30 manuscritos han llegado a nosotros (lo que se diría un éxito editorial). Pero el comentario encierra, además, el mérito de habernos conservado textos antiguos que se consideran perdidos. 

    A Beato se atribuyen también himnos de la liturgia mozárabe. 

    Su fiesta se celebra el 19 de febrero, pero ignoramos el año de su muerte y el lugar de su sepultura, que algunos piensan estaría en Valcavado, de la provincia de Palencia. Listado completo de Santos